Introducción
El autismo no solo afecta cómo un niño percibe y se comunica con el mundo, también puede impactar profundamente en cómo experimenta sus emociones. Muchos niños con trastorno del espectro autista (TEA) tienen dificultades para reconocer, expresar o regular lo que sienten. Como padres, entender estas emociones y acompañarlas con paciencia, respeto y empatía puede marcar una diferencia enorme en su bienestar diario.
¿Por qué el acompañamiento emocional es tan importante en el autismo?
Los niños con autismo pueden experimentar el mundo como un lugar abrumador. Cambios repentinos, ruidos fuertes, miradas o palabras pueden generar confusión, angustia o frustración. A veces, lo que parece un berrinche es, en realidad, una crisis sensorial o una forma desesperada de comunicar algo que no pueden expresar con palabras. Acompañar emocionalmente implica estar presente, ofrecer calma, poner palabras a lo que sienten y enseñar formas sanas de expresar sus emociones.
Estrategias para apoyar emocionalmente a tu hijo con autismo
- Observá más allá de la conducta: Preguntate: ¿está cansado, hambriento, frustrado o sobreestimulado?
- Anticipá los cambios: Los cambios generan ansiedad. Usá calendarios visuales o pictogramas para anticipar lo que vendrá.
- Validá sus emociones, incluso si no las expresa como otros niños: Decí cosas como: “Entiendo que estás enojado, estoy acá con vos”.
- Enseñá a identificar lo que siente: Usá tarjetas con caritas, juegos de emociones o libros ilustrados.
- Ofrecé un espacio seguro de calma: Un rincón tranquilo con luces suaves, almohadas o una manta puede ayudar a regularse.
- Modelá la regulación emocional: Mostrale cómo respirás profundo, cómo contás hasta 10 o cómo pedís ayuda.
- Celebrá cada avance emocional: Reconocé con palabras simples cada vez que logra identificar, regular o expresar algo.

Errores comunes al acompañar emocionalmente
- Minimizar lo que siente (“no es para tanto”).
- Ignorar las crisis o responder con enojo.
- Sobrecargarlo con explicaciones largas.
- Compararlo con otros niños.
Conclusión y recurso adicional
Acompañar emocionalmente a un niño con autismo no requiere ser experto, sino ser presente. Con amor, constancia y pequeños gestos diarios, vas a estar construyendo un vínculo profundo y fortaleciendo su capacidad de enfrentar el mundo.
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