Introducción:
El juego es una de las formas más poderosas de aprendizaje para cualquier niño, pero en los niños con trastorno del espectro autista (TEA), las actividades bien elegidas pueden marcar una enorme diferencia en su desarrollo. A través del juego, los niños con autismo pueden mejorar sus habilidades sensoriales, motoras, sociales y emocionales. Esta guía reúne actividades simples y efectivas que podés implementar en casa hoy mismo. Porque jugar también es terapia, conexión y crecimiento.
¿Por qué las actividades y el juego son clave para el desarrollo?
En los niños con autismo, el juego no siempre se da de forma espontánea. Muchos necesitan apoyo para aprender a jugar, interactuar y desarrollar habilidades como la coordinación, el lenguaje o la regulación emocional. Las actividades estructuradas y repetitivas, adaptadas a sus intereses, pueden mejorar la atención, reducir la ansiedad y favorecer la comunicación. Jugar también ayuda a formar vínculos entre padres e hijos y a fortalecer la confianza.
Juegos y actividades recomendadas
Actividades sensoriales
- Jugar con masa sensorial (plastilina, slime casero, arena mágica)
- Cajas sensoriales con arroz, lentejas, algodón, esponjas
- Jugar con burbujas de jabón o pompones de colores
- Aromaterapia suave con aceites naturales (lavanda, cítricos)
Actividades motoras
- Caminatas sobre líneas (dibujadas con cinta en el piso)
- Saltar sobre almohadas o cojines
- Lanzar pelotas suaves a un objetivo
- Juegos con aros o túneles de tela
Actividades sociales y de juego simbólico
- Juegos de roles con muñecos o animales
- Escenarios simples: preparar comida de juguete, cuidar un peluche
- Repetir diálogos simples o canciones con gestos
- Juegos de turnos (por ejemplo, “yo pongo una ficha, vos otra”)
¿Cómo adaptar el juego según la edad y nivel del niño?
- Empezá con juegos muy simples y repetitivos.
- Usá materiales que ya le gusten (colores, texturas, sonidos).
- Reforzá con elogios, gestos o abrazos cada intento de participación.
- No sobreestimules: mantené un entorno tranquilo.
- Dale tiempo; a veces necesitan más segundos para responder o interactuar.
Errores comunes al jugar con niños con TEA
- Suponer que si no juega “como otros chicos” no le interesa.
- Forzar el contacto físico o visual durante el juego.
- Cambiar las reglas todo el tiempo.
- Usar muchos estímulos a la vez (luces, ruidos, gritos).

Conclusión y próximo paso recomendado
Jugar con tu hijo no solo es una forma de acompañarlo: es también una forma de enseñarle, conectarte con él y ayudarlo a crecer en un entorno seguro y amoroso. Estas actividades pueden ser el inicio de muchos avances.
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